
Del Chaco parten las embarcaciones hacia las islas Ballestas. También es la localidad más cercana a la reserva nacional de Paracas.
Ambas excursiones son, por decirlo de algún modo, obligatorias para los viajeros. Estas se pueden realizar en una misma jornada, lo que facilita la travesía por el mar y el desierto.
El Chaco, en si mismo, no presenta muchos atractivos. Es un pequeño pueblo de pescadores artesanales. Al lado de su muelle flotante, se observan los botes y las lanchas utilizadas por los hombres de mar.
Frente al muelle se ha levantado un boulevard, con varios restaurantes y un mercadillo artesanal.
Excursión a Ballestas
Las lanchas turísticas zarpan entre las 08:00 horas y las 13:00 horas (aproximadamente), siempre y cuando las condiciones climatológicas lo permitan. En ocasiones, la capitanía de puerto niega el permiso de salida. Si eso ocurre durante su visita, no se irrite ni monte en cólera, piense que es por su seguridad.
El costo de la excursión es de 25 soles por persona. Además, hay que pagar un sol por el uso del muelle. Para contratar el servicio, acérquese al embarcadero. Ahí podrá contactar directamente con los operadores.
Una opción más sosegada es separar un espacio en alguna de las agencias de viaje que existen en el Chaco (ojo, el costo puede ser mayor).
La travesía a las islas dura dos horas o algo más. Se realiza en lanchas deportivas con capacidad para 30 o 35 pasajeros (zarpan con un mínimo de 25 pasajeros). El uso de chalecos salvavidas es obligatorio durante todo el viaje. Sea responsable y utilícelo como es debido.
Navegar hacia las Ballestas es, sin duda, una grata experiencia que permite descubrir una impresionante variedad de fauna (lobos marinos, pingüinos de Humboldt, aves guaneras), extrañas formaciones rocosas y, también, el misterioso geoglifo conocido como el Candelabro. Este se encuentra a menos de 10 minutos del muelle y puede verse nítidamente desde las aguas del Pacífico.
Secreto viajero: Si quiere ver con mayor claridad el Candelabro, ubíquese al lado izquierdo de la lancha.
Para tener en cuenta: a pesar de su riqueza biológica, las islas Ballestas no son parte de la reserva nacional de Paracas. Esperamos que, más temprano que tarde, esta zona marítima reciba una protección especial.

Los tours salen a las 11:00 horas. El que tomé costaba 15 soles (contraté los servicios en el boulevar del Chaco) y, adicionalmente, tuve que pagar 5 soles por la entrada a la reserva.
El recorrido se realiza en una couster. La que abordé no se diferenciaba mucho de las que circulan en Lima, así que no se haga muchas ilusiones en cuanto a la comodidad del servicio.
Otra alternativa es alquilar un taxi, pero esta idea la descarté de plano. No se ajustaba a mi presupuesto viajero. Así que tranquilo nomás, recorrí la reserva en la couster, total –mal que bien- ya estoy acostumbrado a ellas.
Por lo general, los tours permiten conocer el centro de interpretación, los restos de la formación rocosa conocida como la Catedral (su “bóveda” se vino abajo con el terremoto del 2007) y el balneario de Lagunillas, una bonita y sosegada caleta de pescadores.
Al igual que el recorrido a Ballestas, la vuelta por la reserva no es agotadora. No hay que caminar ni trepar, apenas dar unos cuantos pasos para otear el mar desde los promontorios naturales del desierto y, desde allí, contemplar la inmensidad del océano.
No visitaba Paracas desde antes del terremoto. Ahora, al ver la formación rocosa conocida como la Catedral -se derrumbó durante el fenómeno natural-, sentí pena por su estado actual; aunque admito que más allá de esa pérdida, la reserva sigue siendo impresionante y atractiva.
El último lugar que se visita es Lagunillas. Aquí hay una playa tranquila (no desestime darse un baño en sus aguas), un pequeño terminal pesquero y varios restaurantes (caros y no demasiado buenos, si puede lleve sus propios bocadillos). La zona no cuenta con servicio eléctrico ni agua potable, tampoco con alojamientos.
Según cuentan, los restaurantes de Lagunillas sufrieron graves daños por el sismo (hasta hoy se ven algunas paredes derruidas), pero por su condición de atractivo turístico, la mayoría de los locales ya están operativos.

Para tener en cuenta: En las playas de la reserva se permite acampar. Hacerlo es una buena alternativa. Eso sí, sea respetuoso del medio ambiente.
De sol a sol
*Menú en el desvío a Pisco: 6 nuevos soles.
*Botella de agua en el Chaco: 2 nuevos soles (litro y medio).
*Tamal, un huevo y un café en el Chaco: 5 nuevos soles.
*Cerveza en Lagunillas: 6 nuevos soles.
*Jalea en el Chaco: 17 nuevos soles.
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**Para ver más fotos de la reserva nacional de Paracas, haga clic aquí.